Ana B.Mendoza
Ana B.Mendoza

Cuento De Cuarentena VI

Primavera


Semana 6 de confinamiento

 

Ya está claro que el pico de la pandemia se ha superado y el país entra en fase de estabilización. Aún así se ha ampliado de nuevo el confinamiento otras dos semanas, pero con la vista puesta en cómo y cuándo podremos empezar a salir de nuestras casas; comienza a verse la luz al final del túnel, aunque todavía queda mucho por delante. 

Por fin permiten acudir a los huertos para recolectar en caso de ser necesario para la propia subsistencia, así que Juan madruga para ir por las mañanas. Respirar de nuevo el aire fresco del campo un ratito al día le sienta bien.

La primavera y las lluvias han hecho su trabajo y algunas plantas ornamentales que tiene han brotado de nuevo y otras han abierto sus flores, la hierbabuena ha crecido y la flora propia del lugar adorna con sus colores las orillas de los caminos. Las mariposas revolotean juguetonas, los jilgueros cantan alegres y algún animal ha hallado en la linde el lugar perfecto para construir su madriguera, mientras las aves de presa sobrevuelan la zona en busca de alimento.

Las hierbas se han apoderado de casi todo el terreno y son tan altas que no permiten que llegue bien la luz del sol a sus plantas, así que lo primero que hace es empezar a limpiar. 

Quedan pocas verduras que recoger ya que después de tanto tiempo sin atenderlas muchas se han pasado, así que después de recolectar lo que puede empieza a preparar el terreno para una nueva siembra. Va poco a poco, después de tanto tiempo en casa el cuerpo se resiente y hay que volver a acostumbrarse al esfuerzo.

A mediodía vuelve para casa a comer y descansar, no sin antes recoger algunas de sus rosas combinando los tonos pastel con el rosa y rojo intensos para preparar un bonito ramo que regalar a su vecina Consuelo seguro de que serán de su agrado.

Había pensado tocarle el timbre y dejárselas en el portal para que las recoja esperando a lo lejos para ver su reacción, pero al llegar ella está en el balcón. Él sonríe, le muestra el ramo, se lo deja en la puerta y sigue camino hacia su casa.



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